EL Hotel Casa Do Relogio tiene un encanto especial, y esta muy bien integrada en el entorno. Está situado justo al lado de la muralla que es lo mas turístico y lo mas importante para ver en el pueblo. Llegamos después del mediodía y pudimos ver perfectamente el pueblo a pie. Es una gozada pasear por Óbidos, lejos de las multitudes y del bullicio de la ciudad. No es una zona de fácil aparcamiento, pero se puede en los alrededores. Nada mas llegar, la persona encargada nos ofreció ginjinha casera, licor típico de Óbidos dulce y muy rico. También nos comento que estaban realizando cambios en el alojamiento, y que la decoración de nuestra habitación había sido renovada. Nos encanto, muy bonita y con un toque de romanticismo antiguo-vintage. Tiene una terraza muy bonita en la que descansar y disfrutar del entorno. En general, nos encanto Casa Do Relogio, repetiríamos estancia, y lo recomendamos 100% .
Lo único negativo de nuestra estancia fue queE en la descripción de Booking ponía que tenía desayuno gratuito disponible, sin embargo, al llegar al alojamiento, nos dijeron que estaban con reformas y que no podríamos disponer de dicho desayuno. Que booking estaba informado de ello, sin embargo nosotros no.