Nos costó un poco encontrar el hotel, nos pasamos, volvimos, ingresamos mal en una callejuela, nos pasó de todo, pero cuando lo encontramos todo fue pura amabilidad. La habitación linda, amplia, con ventana que daba a la muralla, limpia. Comimos en el hotel porque el día había sido muy intenso y estábamos cansados, la atención excelente, la comida espectacular y el precio también. El desayuno muy correcto. No teníamos parking en la puerta pero cruzando la carretera no tuvimos inconveniente para encontrar lugar. Está a 50 metros de la entrada al castillo y a la calle que desemboca en una feria. En suma es un hotel muy recomendable para una corta estancia en Óbidos.