El hotel es muy calmado y silencioso; las habitaciones son muy cómodas y están muy limpias. Tienen una terraza muy agradable. El desayuno es muy completo y hay de todo lo que se podría esperar de un gran hotel. El pueblo de obidos es encantador, conserva un encanto medieval, que parece que estàs en aquella lejana época. Las tiendas de artesanía son magníficas y los precis muy asequibles.