Comida italiana correcta, en un edificio muy bonito (te sientes como en una casa antigua, comiendo en las habitaciones), y bastante cara, aunque en Islandia todo lo es (1 plato de spaghetti normalito, 30 euros). El precio del vino, por supuesto, desorbitado. Mejor tomar agua del grifo, que en Islandia es gratis, y excelente.
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