De camino a Viena pasamos una noche en este hotel, atraidos más que nada por poder disfrutar del spa.
El hotel en sí es viejo y rancio, y le haría falta una reforma urgentemente. La habitación era bastante grande, con grandes ventanales (muy deteriorados por cierto) que daban a una pequeña terraza, aunque la vista era a un arbol que daba justo enfrente de la ventana.
El servicio normal, tirando a poco amable. Como detalle, en ningún momento se ofrecieron a abrirnos la puerta con las maletas, ni mucho menos ayudarnos a sacar el equipaje al coche.
El spa, limpio y luminoso, pero los tratamientos y masajes muy caros para la calidad que ofrecieron (mi pareja es una experta en eso y hemos probado ya muchos), con lo que no lo recomiendo.
El desuyano buffet fue lo mejor de todo, muy bueno, con mucha variedad de bollería, embutidos, zumos, etc. y se podía tomar en una terraza muy agradable al aire libre.
En conclusión, tiene que haber mejores opciones en Baden tanto de hotel como de spa.
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