Es un restaurante un poco escondido en una calle de escaleras pero merece la pena el encontrarlo, la decoración es moderna con un toque rústico y tiene un patio donde también se puede comer. La atención nada más llegar fue buena estando ya en la mesa con las cartas en muy poco tiempo, está especializado en comida típica siciliana y tanto los entrantes como los segundos platos que probamos estaban bastante buenos.....lo único reseñable en negativo es que dentro del local hace un calor insoportable, el aire acondicionado que tienen no es suficiente para ese local.
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