En conjunción con dos eventos importantes de mi vida, tuve el placer de ser "bienvenido" en este maravilloso restaurante. Las mesas, perfectas, son las del balcón de este antiguo apartamento Amalfi, que tiene una vista de 180 ° de todo el paisaje. La bodega impecable! Confíe en el personal que tiene como único objetivo su placer gastronómico. Se presta especial atención al pan elaborado por ellos acompañado de mantequilla normanda y aceite de cilantino, postres precocinados con el vino y el café más adecuados. No hace falta señalar el menú del cura y refinado que combina tradición y experimentación. Para veladas especiales donde no hay nada más que apreciar y disfrutar de lo mejor.
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