Considerando que es un hotel de Marriott hubiera esperado más cuidado a los detalles.
Comenzaré con lo positivo, pues es breve:
El hotel se encuentra muy bien situado si es que ocupas el aeropuerto, sólo basta cruzar unos metros y estarás dentro del aeropuerto listo en la zona de salidas, lo cual le da un buen valor. Las habitaciones son bastante amplias y visualmente parecen recién remodeladas. El personal unos muy amables, otros lo más normal. Eso sí, debo agradecer que a nuestra llegada se buscó otorgarnos nuestra habitación antes y para las 10am estaba disponible.
Lo que NO ME AGRADÓ:
Había solicitado una cama King Size, la cual confirmé en mi reservación y se me dieron dos camas matrimoniales, no le habría dado importancia de no ser por otros detalles que vi después.
Sólo nos colocaron un juego de bata siendo que éramos dos huéspedes, el agua de la ducha de teléfono se salía por detrás y además de ambas regaderas tardaba bastante en salir el agua caliente. El asiento del baño no tenía sistema de caída lenta, sino que de golpe caía, lo cual no sucedía ni en hoteles 3 Estrellas de Polonia. No es algo que esperaría en un hotel de grupo Marriott.
Carecía de amenidades que otros hoteles ofrecen, como kit de vanidad, cepillo/pasta dental, gorro para el cabello, etc.
La ducha muy incómoda pues fácilmente se salía el agua al bañarse. La decoración muy agresiva con colores que parecerían más de un hotel de paso que de un hotel ejecutivo. Y las cabeceras de cemento le restan elegancia al estilo.
La TV supuestamente se puede enlazar con el teléfono, supongo que será con Android porque enlazarla con iOS es un suplicio prácticamente imposible.
Las tarjetas de acceso se desconfiguraron en menos de un día, siendo que no las tuvimos cerca de teléfonos celulares o de tarjetas de crédito. No todo el personal dominaba correctamente el inglés.
El restaurante es caro para lo que ofrece y carece de opciones que uno puede solicitar, eso sí, el personal ahí es muy amable.
Un hotel bien, a secas. Volvería si a caso por la comodidad de tener el aeropuerto a unos pasos, pero no porque sea excelente. Deja mucho que desear.