Nos alojamos unos días en este hotel para disfrutar unos días en Varsovia. La habitación muy limpia y correcta, aunque la cama plegable podría haberse dejado plegada para dejar un poco de espacio.
El desayuno aunque no estaba malo era un completo caos: en la puerta pedían número de habitación y te hacían ponerte la mascarilla atendiendo a las medidas sanitarias, pero luego dentro nadie controla que la gente se levante a servirse comida con ella puesta. Los alimentos cambiaban de sitio de un día para otro y tardaron 2 mañanas en arreglar las tostadoras (una cadena hotelera como esta debería tener tostadoras industriales como cualquier otro hotel y no máquinas que tienes en tu propia cocina). Tiempo excesivo para reponer 1 único alimento (el chocolate estuvo ausente más de 45 minutos 1 de las mañanas)... Algunas mesas se recogían pero no se limpiaban ni se hace caso del cliente que espera de pie junto a una mesa sucia y llena de platos y tazas...
El hotel se encuentra en una zona de confluencia de tráfico que se encontraba en obras durante la estancia, cosa que nadie nos informó. Obras incluso un sábado a las 7AM, cosa que no deja descansar.
De repetirse la ocasión probablemente no será en este hotel o será sin contratar desayuno.