Situado al sur de la plaza Sukbataar y tocando al antiguo templo de Choijin Lama, muy céntrico.
Local:
Absolutamente occidental. No se diferencia en nada a cualquier restaurante del resto del mundo. Mesas amplias con buena separación. Vistas a una callecita y al templo. Atmósfera agradable. Prácticamente, solo turistas.
Servicio:
La camarera que nos atendió hablaba bien inglés. Son muy amables.
Comida:
Carta muy completa (excepto pescados). Comida internacional, bien elaborada y de calidad. Buena carta de vinos. Para el nivel del país precio muy caro pero para un occidental resulta económico.
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