El hotel se encuentra en un muy buen estado de conservación y limpieza. Las habitaciones con camas muy cómodas y servicios limpios. No obstante, su ubicación se halla fuera de la zona centro de Amman, por lo que cualquier visita a la misma pasa por utilizar transporte. Frente al hotel y, cruzando por pasarela peatonal, se encuentra un local de la mejor pastelería de la ciudad, el cual cuenta con 2 plantas, tanto para comprar como para consumir allí mismo. Respecto a la gastronomía del restaurante, decir que es bastante adecuada en el caso del desayuno, si bien, francamente, debe ser mejorada en el caso de las comidas y cenas. Como es bastante habitual, en el caso de éstas (comidas y cenas) las bebidas no se incluyen en la pensión. El trato con el personal es correcto-normal. En cuanto a aspectos a mejorar, además del ya citado asunto de las comidas y cenas, resalta el control de seguridad de la entrada, con más función actual de escaparate que otra cosa y, sobre todo, el aislamiento acústico de las habitaciones que dan a la Avenida principal, la cual, tanto en horas nocturnas como diurnas, alberga una gran intensidad de tráfico, generador de un más que notable ruido que perturba el descanso al entrar prácticamente en su totalidad en las habitaciones, todo ello al existir tan sólo unas simples puertas de aluminio con cristal sencillo y sin cierre hermético como separación entre el habitáculo y la calle. No obstante y, expuesta mi opinión, se trata de un hotel a tener en cuenta si nos queremos alojar 2-3 días en Ammán.