Nos alojamos una noche en este hotel en La Paz tras haber revisado los excelentes comentarios. Lamentablemente nuestra experiencia comenzó muy mal debido al trato recibido por parte de la recepcionista que ese día hacía el turno de noche.
Para empezar tuvimos que ir preguntándola por todas las dudas básicas del hotel: wifi, horarios desayuno, métodos de pago: ella no dio pro-activamente ninguna información, solo nos pidió los pasaportes sin saludarnos, ni sonreír y sin demostrar ningún tipo de amabilidad ni habilidades de atención al cliente. En el momento que hacíamos el check-in llegó al hotel un grupo de turistas que se aproximó a la recepción y dijo de muy malas maneras al chico de las maletas que les pidiera que se alejaran de la recepción.
Como llegamos tarde y a la mañana siguiente salíamos temprano pedimos a la recepcionista que si podíamos pagar en ese momento a lo cual nos respondió con muy malas formas que no. Después olvidó devolvernos los pasaportes tras fotocopiarlos y tampoco nos indicó como llegar a la habitación (imposible de encontrar por cierto!) Destacamos positivamente sin embargo el trato recibido por parte del chico de las maletas que se ofreció a ayudarnos a encontrar la habitación.
En definitiva: las habitaciones son muy buenas, limpias, nuevas o reformadas, el hotel es bonito y perfectamente ubicado pero se olvidan de lo más importante: LA ATENCIÓN Y ORIENTACIÓN AL CLIENTE