Hermoso hotel en una ubicación perfecta, zona tranquila y muy verde, muy cerca del Cerro San Cristóbal y también de los shoppings. Un lobby precioso y muy cómodo, habitaciones amplias, muy bien decoradas, cama súper confortable, minibar de cortesía; muy buen desayuno, piscina en la terraza con una vista hermosa; detalles de lujo, como el spa que tiene de todo y está muy bien puesto, el snack de cortesía de la tarde (opciones variadas con café con leche con bollería, tipo merienda tradicional, o sopas caseras exquisitas con bocaditos salados, casi una cena), te prestan bicis para pasear, y el personal es excelente! Nos recibió Marcela, súper atenta y eficiente; Estefanía nos resolvió algunos inconvenientes en forma muy amable, Ángelo siempre bien dispuesto.Todos muy serviciales y amables, excepto un empleado maleducado que nos sirvió la cena una noche, haciéndonos notar que la cocina cerraba (lo sabíamos, por eso encargamos la comida con una hora de anticipación, para liberar al personal y cenar tranquilos) que con un nivel de grosería importante se paró a mirarnos fijo a un par de metros de distancia, escuchando todo, inmóvil como una estatua, mientras tratábamos de cenar apurados e irnos para terminar el mal momento. Éramos los únicos huéspedes en el comedor y nos estropeó la cena. Excepto eso, todo lo demás fue perfecto.