En noviembre de 2017 he estado en Arequipa con motivo de un Congreso de carácter científico, alojándonos en Casa Arequipa. Pocas veces he disfrutado tanto un lugar como lo hicimos en Casa Arequipa, su ambiente pulcro y confortable, cómodo hasta la exageración, con el toque de distinción de lo antiguo, bello, exquisito, funcional y, al mismo tiempo, moderno y óptimo, abarcando la comodidad con la tecnología. El personal eficiente, servicial y presto a todo requerimiento, con profesionalidad sin servilismo, con respeto y afabilidad, convirtiendo la estadía en un ambiente amigable y hasta familiar en lo positivo, sin defectos que criticar. Un lugar para disfrutar plenamente y regresar con gusto sintiéndonos entre amigos