La señora de la recepción, que debe de ser la dueña del lugar, nos atendió después de varios minutos. Estaba hablando por teléfono por un buen rato mientras estuvimos parados esperando a que dejara de hacerlo.
Es una casa antigua y de madera, por ende, super ruidosa. Estuvimos en la habitación con una cama "super king size" pero super incómoda. Todo la infraestructura es vieja. Esto incluye las instalaciones del baño. Huele mal.
Si bien puedes caminar desde el hotel al centro de la ciudad, está en una avenida bastante desolada (Av. La Marina).
El desayuno fue terrible. Demasiado simple.
Escogimos el hotel porque estuvimos viajando con auto y necesitábamos estacionamiento. Le preguntamos a la dueña si podíamos dejar el auto mientras hicimos check out al día siguiente, que por cierto demoró en hacer porque estaba conversando con una amiga suya todo el tiempo, y aceptó sin problema. A la hora de volver y recoger el auto había un evento en el hotel, entonces habían muchos autos estacionados. Fuimos a preguntarle al señor que estaba encargado cómo podíamos hacer para sacar nuestro auto y con un tono hostil nos dijo que deberíamos de haber vuelto más temprano y se fue molesto a abrirnos la puerta del garaje.
No lo recomendaria por el precio que se paga. No volvería jamás.