Precioso hotel de estilo colonial con baños limpios y modernos. El trato por parte del personal es muy amable, en particular el personal de recepción. Desayuno variado (frutas, cereales, zumos, tostadas, mermeladas, ...) y el personal de cocina te prepara unos huevos revueltos si los pides. La primera noche dormimos en una habitación con claraboya y entraba luz desde que amanecía lo que, unido a nuestros problemas de jet lag, nos impidió conciliar el sueño más allá de las 5 am. Pedimos cambiar de habitación por otra sin claraboya y no hubo ningún problema. Pudimos dejar nuestro equipaje el día de nuestra partida con sensación de seguridad hasta la hora de ir al aeropuerto. En el patio central, hay un dispensador de agua mineral para poder rellenar tu botella y también hay disponibles infusiones, agua caliente y té de coca para que tú mismo te sirvas. Nuestra estancia allí fue muy agradable y recomiendo este hotel al 100%.Más
- Wi-Fi gratis
- Restaurante
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