El hotel cumple a la perfección con todas las necesidades básicas en un viaje, las cuales son la limpieza de las recámaras (las cuales son excelentes), los alimentos (que consisten si así se desea en buffet, en el que se prepara el omelet en el momento que está a cargo de Eliseo que da un servicio de primera clase) y por último, la seguridad, el hotel es muy seguro y tranquilo en sí. Se encuentra muy cerca de la Plaza de Armas lo que hace más fácil y rápido el acceso a servicios como restaurantes, lugares de cambio de moneda o el mercado de artesanías, entre otras atracciones del hermoso Cusco.
En cuanto al servicio en recepción los jóvenes Aldair, Víctor y Roberto se comportaron de una manera muy atenta y servicial, resolviendo así dudas y compartiendo parte de su cultura. ¡Felicito a todo el equipo que conforma el hotel!. Gracias.