Llegamos por recomendación de un amigo y el lugar nos regaló una experiencia increíble, buena comida, el lugar es muy bello y aunque no pudimos encontrar lugar en la terraza porque llegamos sin reserva, estuvimos en un espacio muy bueno. Esperamos en la barra y mientras probamos los cócteles que Alexander nos preparo, con paciencia y entusiasmo nos explico en qué consistía cada elemento del trago incluso nos dejó mezclarlos; el resto de la noche nos preparo tragos de su imaginación que no estaban en el menú y eran deliciosos, mi novio y yo somos amantes de la mixología. 100% recomendable solo hay que tener paciencia porque la cocina es lenta.