El personal del hotel es muy amable y busca siempre que tu estadía sea cómoda, las instalaciones son sencillas y corresponden a su tarifa.Sin embargo hay detalles que creo podrían considerar para hacer mejor la atención.
Los baños no cuentan con los utiles de aseo adecuados, por lo que un poco de atención al numero de toallas, a los jabones y a los rollos de papel pueden hacer la diferencia; los cuartos tienen un olor fuerte a humedad (debido a las lluvias pero también a que los baños fueron construidos al interior de la habitación) ofrecer ambientadores, o poner olores, pueden ayudar a disminuir este efecto; el servicio de desayuno es bastante limitado, con los mismos recursos pueden presentar una mejor oferta.
El titulo de mi opinión permite aclarar que si no te importa estos puntos entonces es el hotel para ti.

Llegué a este local de casualidad porque mi alojamiento habitual estaba lleno pero en verdad que me resultó muy agradable el cambio. El Hotel es una casa antigua, declarada Patrimonio Nacional, y en verdad tiene una arquitectura encantadora. Si te gustan los edificios antiguos, con ambientes grandes y azulejos finos traídos desde Europa, pues este es tu lugar.

Me tocó una habitación en el segundo piso, la cual fue súper grande, muy cómoda, bien ventilada. El baño es pequeño en relación a la habitación pero a mi no me resultó mayor problema. El agua tenía buena presión, no sé cómo habrá estado el agua caliente (realmente no sé a quién se le ocurre bañarse con agua caliente en Iquitos!!!)

Su restaurante ofrece algunos platos variados aunque podría ampliarse conforme tengan más clientes. Sobre las bebidas, ofrecían camu camu y maracuyá, que estuvieron súper bien, pero sería bueno si ofrecieran algunas frutas locales ya que es lo que uno busca al estar en la Amazonía.

Lo positivo:
- Excelente atención de todos los empleados/as.
- Lugar muy bonito, pintoresco.
- Restaurante que atiende buena parte del día y su comida es agradable.
- Desayuno muy rico.
- Hace silencio de noche, está alejado del tráfico.
- Friobar en la habitación.

Negativo:
- Está algo lejos de la plaza principal y de la parte activa del Boulevard (personalmente me gusta caminar así que en las noches que salía a comer afuera, caminaba de retorno sin complicarme, serán entre 6 y ocho cuadras hasta la altura de la plaza en el boulevard; pero si no te gusta caminar vas a estar tomando taxi siempre)
- La escalera al segundo piso es algo alta (casona antigua de techo alto); si llevan maletas puede ser incómodo subirlas y bajarlas, o si tienen problemas al caminar va a ser cansado.
- El aire acondicionado del comedor no funcionaba, ojalá lo arreglen pronto.
- Si bien no es responsabilidad del Hotel, hay que señalar que no está en la parte más limpia del Malecón, en la calle dejan basura tanto algunos vendedores de comida que hay allí como los habitantes de casas flotantes que hay en esa zona del río.

La hemos pasado genial en este hotel. Es una casona de la época del caucho, patrimonio de la nación...y realmente, te sientes en casa desde que llegas...la atención espectacular, te recogen del aeropuerto.
Los cuartos tienen el aire acondicionado que no suena nada y está siempre fresquito a diferencia de hoteles con más rango de estrellas donde hemos tenido una mala experiencia con el aire.
Hay internet en todo el hotel. El desayuno es inigualable, cada día te sorprenden con algo especial...hasta tequeños he desayunado y la verdad que delicioso todo...también cenamos allí porque a mi hijo le mordió un perro y los chicos del counter nos ayudaron a averiguar de donde era el perrito, nos ayudaron al ir a la clinica y nos hicieron un room service pronto y buenísimo...el piqueo Epoca simplemente delicioso. Ah!! y el baño es simple pero limpiecito y la ducha buenaza, sale harta agua. Las toallas super bien.
Qué puedo decir, volvería mil veces a este hotel, le saca la mugre a hoteles más "finos"