Estaba de paso por Barranco, tenía q esperar a que abra una tienda y siempre había querido entrar a este lugar, así que aproveché el pánico, desde el inicio la cosa no va bien, te dejan la carta del Brunch, sin ningún explicación ni nada, no regresan a preguntar por el pedido hasta que los llamas, haces el pedido (panes y mantequillas/ mermeladas, huevos, algo dulce y bebida) lo toman de forma apurada, te traen la mantequilla, un jarcito de yogurt y nada más durante 15 minutos, ni el café ni los panes para comer la mantequilla, preguntas que fue con el resto, y la rpta es que la comida sale cada 20 min por que es por etapas y que los panes salen con el huevo... Llega el pedido de los huevos, y curiosamente vienen con un pan (por lo que la explicación de que los huevos salen con el pan no tiene sentido), traen el café no traen azúcar ni lo ofrecen, de frente splenda (yo uso stevia, y entre splenda y azúcar, prefiero el segundo) , pero ni modo!
(le comente al mozo al final sobre el azúcar y me ofreció otro café, gracias!)
En cuanto a la comida, los huevos ricos, los peruanos, que vienen quinua, sugiero ponerle más palta porque solo tenía una mitad, y las alcaparras le dan un toque super delicioso, el pan que venía incluido demasiado duro.
La canasta de panes, bien, pero lo que resalta son los cinamon rolls, la mantequilla sabe a mayonesa con especies, no me gustó!
Los panqueques, nada espectacular, sugiero ponerle miel porque son un poquito secos
Precio del Brunch: 85 (adultos)
Volvería? Quizá para tragos en la noche, pero no me pareció una experiencia super chevere, al menos como esperaba