Lo positivo: buena cocina. Fuimos 5 personas y cada uno comimos platos y postres diferentes y todos resultaron buenos. No extraordinarios pero sí bastante buenos. Los puntuaría con 8 puntos sobre 10.
Lo negativo: Uno de sus grandes inconvenientes es la escasez en los platos. Me desagrada salir hambriento de un restaurante después de haber pedido platos suficientes. La gestión: La reserva de mesa fue complicadísima. No se conformaron con una reserva ordinaria, sino que tuve que confirmarla 3 veces y siempre bajo amenaza. La poca flexibilidad de horario: no podían recibirnos más que a las 20:00h. Llegué 8 minutos antes y el restaurante estaba cerrado. Un buen grupo de personas estuvimos esperando en la calle a que abrieran. El local: El comedor es estrecho, extremadamente ruidoso y hacía muchísmo calor. De esos comedores que uno se siente aliviado cuando se va. La luz es tan escasa que tuve que usar la linterna de mi teléfono para poder ver la carta y la factura. Por supuesto no pudimos saber de qué color era la comida. Los servicios higiénicos, escasos, feos y sucios. Las esperas entre platos fueron larguísimas.
Lo dicho: la comida acorde con su precio, pero un restaurante debe ser algo más que la comida.