Siempre he sido apático a la comida japonesa, pero mi hijo de 13 años me insistió. Cuando llegue a este sitio m gustó que era acogedor y que el mejor sitio para compartir con Santi era la barra. Un lugar amplio y cómodo. Disfrutamos muchos makis, la verdad no sé cuál fue el que más me gustó. Lo que si es cierto es que después de este día me encantó la comida japonesa! Ya con la de Ayer es cómo la quinta ve que vamos, esta vez toda la familia muy entusiasmados con el gusto de los makis.... deliciosos!!
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