Un lugar que tiene todo lo que necesitás para descansar y vivir la naturaleza propia del lugar, un parque hermoso en donde podés disfrutar los desayunos, lo bordea un río, plantas, árboles frutales, si te animás, usas la parrilla que hay. En el salón de recepción cómodos sillones con muchos juegos de mesa y muchos libros, una cocina con todo lo necesario para cocinar en el lugar. Los dormitorios adecuados a un hostel, agua caliente que por momento se va pero vuelve enseguida, las camas muy cómodas.
Y no puedo dejar de mencionar la calidez humana de Edison, con él tuvimos largas charlas de su historia, de Hilda y de Andrea.