Nos encantó. Llegamos sin muchos planes a Valle Sagrado y buscando en internet encontré esta opción. Llevé a mis dos hijos pequeños y les gustó tanto que regresamos una segunda vez.
La atención de Pablo Seminario y de Marilú, su esposa y de todo el personal es muy amable. Digna de recomendar.
Hay variedad de piezas para la compra y al final te llevas piezas trabajadas por ti mismo. Yo ahora tengo piezas decorativas hechas por mis hijos como un magnífico recuerdo!

Excelente lugar para absorber arte,aprender sobre uno de los mejores artistas del Peru,y quizá más,toda la familia y personal harán de su visita algo inolvidable,muy recomendable incluso para niños