Solo estuvimos en este hotel una noche y fue una pena porque nos encantó.
Tuvimos una habitación superior con vistas a la piscina. La habitación es pequeña pero muy cómoda y agradable y la terraza con vistas a la piscina y al pinar una maravilla. Todo se ve muy nuevo.
Los espacios comunes, como la terraza y la piscina, y todo el entorno con el pinar y la playita de piedras dan ganas de no moverte del hotel. El único "pero" que pondría es que deberían controlar un poco el tema del uso de las camas balinesas del pinar y las hamacas de la piscina. El día que pasamos allí no pudimos usar en ningún momento las camas, y mi pareja y yo estuvimos en hamacas separadas porque la mayoría ya tenían toallas de otros huéspedes pero, en realidad, algunas estuvieron vacías durante todo el día. De hecho al día siguiente ví desde la terraza como había huéspedes que se dedicaban a colocar sus toallas e irse ya desde las siete de la mañana. El hotel debería vigilarlo y retirar las toallas de las hamacas y camas que lleven más de un cierto tiempo desocupadas.
El desayuno está bien y puedes desayunar en la terraza.
El hotel no está en el centro pero como nosotros íbamos en coche no resultó un problema, todo lo contrario, pues el hotel tiene parking de sobra y además es gratuito.
En resumen, la estancia en este hotel nos resultó muy agradable.