Nunca había tenido una experiencia tan mala en un hotel. El baño estaba lleno de pelos, las camas viejas, todo el hotel en general, está súper sucio. Las alfombras manchadas . Los ascensores no funcionan bien. Pero lo peor es el personal, nos trataron violentamente en los comedores, a mi marido le cerraron la puerta en la cara, a mi mamá no le querían dar una porción de palta en el desayuno, finalmente tuvo que hablar con el gerente para tomar el desayuno como le gusta. Luego fueron muy pesados por el uso de la mascarilla, violentos e insolentes. Todo muy decadente, la zona de la picina con latas colgando, que en cualquier momento podrían producir un accidente. Tengo un niño muy pequeño, y la verdad que es todo un peligro para e
Él, basura y cigarros en el suelo, desniveles, bordes quebrados y filosos. La verdad es que teníamos pensado quedarnos una semana y después de la primera noche queríamos escapar!!!!!!!

Las camas del hotel son antiguas, duras y suenan montón, los extractores de humo no funcionan, había un vecino de habitación que dejaba hasta el pasillo pasado a tabaco. Generalmente en la noche se cortaba el agua en el baño. Piscina y sauna cerrados. El restaurante carisimo y con muy poca variedad de opciones. Por ejemplo, una "suprema de pollo", que básicamente es una pechuga de pollo a la plancha cuesta $9000 aprox. No hay opciones, Veganas, sin lactosa, sin gluten, etc. La cafetería solo ofrece té, agua de hierbas y café nescafe. De tragos ni hablar, solo venden algunas botellas de vino y cervezas. El personal que atiende en el restaurante deja mucho que desear, garzonas y cajeras desagradables y poco dispuestas a atender. Habia solo 1 Garzón amable. El personal de recepción muy amables también.
No volvería a alojar en el hotel. No lo recomiendo. Hay opciones mucho mejores, por el mismo precio y mucho más cerca del centro de la ciudad.