Elegimos el hotel por algunas recomendaciones. Lamentablemente, tuvimos una mala experiencia. Llegamos a eso de las 20:00 hrs., la habitación que se nos asignó tenía mucha agua en el piso, avisamos a recepción en donde se nos indicó que a esa hora no trabajaba el personal de aseo, pero que buscarían "algo" para secar, quizás una toalla, y que volverían a la habitación. Cuando llegaron a la habitación, me pasaron la escoba y el trapero para que yo secara. No tengo los dedos crespos, pero me parece que no es algo que me correspondía hacer a mi, como huesped. Luego nos ofrecieron cambiar de habitación al primer piso, la habitación era muy pequeña en comparación a la habitación inicial, rechazamos el cambio.
Al día siguiente fuimos al comedor a tomar desayuno, por largos minutos no llegó nadie a atendernos (el desayuno no es buffet), tuve que subir al tercer piso a buscar a la persona.
Para colmo, al llegar a nuestra habitación recibimos una llamada del personal de servicio, nos preguntaban a qué hora íbamos a salir de la habitación ya que sólo trabajaban 5 horas ese día, se retiraban a las 13:00 hrs., o sea, teníamos que salir pronto aunque no estuviera en nuestros planes turistear tan temprano.
Ese último echo terminó por colmarnos, por lo que decidimos cambiarnos de hotel. Nos fuimos al Diego de Almagro, con una habitación con vista al mar, un tanto alejado del centro, pero la tranquilidad lo compensa todo.
Pd.: El baño era pequeño, la ducha muy chica, con cortinas y vasos plástico. El frigobar pobre y en mal estado.