El día viernes 23/11/18, me alojé en este lugar junto a mi familia. Llegué confiada del servicio, puesto a que era segunda vez que iba. La primera vez fue una experiencia muy agradable, todo lo contrario a lo que tuve que vivir esta vez.
En primer lugar, el restaurant. El precio era excesivo para un producto simple, que para variar, era muy pequeño, y la higiene del servicio, dejaba mucho que desear.
Pedí un plato de tallarines con salsa d’alfredo, el cual demoró mucho. Mi plato se lo entregaron a otra persona, y esta con su tenedor YA USADO, revolvió el plato, con intención de probarlo, da aviso que ese no era su plato, le retiran este, y me lo entregan a mi. Doy aviso que yo vi la situación con la persona anterior, y aún así, me mantuvieron el plato y no me lo cambiaron. No comí ni un poco de ese plato, y aún así, me lo cobraron.
Lo segundo, en el baño de mi habitación, el papelero estaba lleno de papel higiénico usado por otras personas. Cuando pedí que lo cambiaran, en cada momento me decían que más rato lo harían, y durante toda mi estadía, no lo cambiaron. Mala limpieza de toda la habitación, solo destaco la cama.
Tercero, la seguridad, pésima para ir con niños. Lugares totalmente peligrosos, maderas con clavos y astillas al alcance de todos.
Cuarto. El desayuno. La primera vez que me alojé, era un verdadero desayuno buffet, con una higiene destacable, con gente supervisando el buen consumo. Esta vez no fue así. Para el precio que cobran, el desayuno dejaba mucho que desear. La higiene fue lo que más me decepcionó. Había una comitiva que se encontraba desayunando, que realmente, daba asco desayunar luego que esas personas lo hicieran. Tomaban las cosas con las manos, metían sus manos a las fuentes de fruta, probaban que era, y tiraban las sobras dentro de la misma fuente. Mordían el pan y también lo dejaban dentro de la fuente de pan. Dejaban sus sobras dentro de la mesa en donde los alojados sacaban sus desayunos, y nadie supervisaba las malas prácticas de estas personas. La mantequilla (que estaba en cubos) la tomaban con la mano, la olían, y la dejaban ahí mismo. Insisto, NADIE supervisó esta situación, nadie supervisó como esas personas manipulaban los alimentos, destinados a todos los alojados.
Para no continuar con este post (ya que son MUCHAS las cosas que omití), solo diré que no le recomiendo a nadie alojarse en este “hotel”. Lo único que puedo destacar, es la amabilidad de algunas personas de aseo, y de recepción. El resto, pésimo. No recomiendo para nada gastar dinero aquí.