Pasamos una semana a finales de mayo. Llegamos del aeropuerto alrededor de la medianoche. Había un empleado en recepción para atender a un número de clientes. El hotel debería saber el número de personas que llega en cada vuelo y, de este modo, planificar cuántos empleados se necesitan en recepción. Tener que esperar a que te atiendan en recepción con un niño de dos años y otro de cuatro meses es intolerable. No había rastro de ningún botones que se hiciese cargo del equipaje para llevarlo a la habitación para poder así acostar a los niños cuanto antes... ¡Tuvimos que hacerlo nosotros! No fue un buen comienzo, la verdad.
Teníamos unas habitaciones deluxe con vistas al mar... Seguro que nadie te ha comentado que las vistas al mar implican también unas vistas sobre el aparcamiento del hotel (por la noche a veces salta alguna alarma) ni que también se ve el bar contiguo al hotel, que tiene música y dj hasta las 2 o 3 de la mañana, ¡cada noche! La decoración de la habitación está pasada de moda y el aparato de aire acondicionado goteaba, ¡de modo que la alfombra y el suelo del baño se mojaban! Parece que el olor a tabaco se abre paso a través de la habitación a veces, quizá a través del aire acondicionado. Las camas gemelas estaban colocadas yuxtapuestas y ni siquiera estaban cubiertas por una sábana doble o un cubrecamas. Cuando lo pedimos, hicieron la cama con una sábana inferior doble y dos edredones independientes. ¡Sin embargo, cuando cambiaron las sábanas volvieron a colocarlo todo como al principio! Por lo demás, las habitaciones estaban limpias y las toallas se cambiaban dos veces al día. La empleada de mantenimiento que pasaba por la tarde por la habitación para arreglarla era muy buena en su trabajo.
El bufet del desayuno está muy bien, aunque es difícil que te sirvan alguna bebida caliente... El personal a veces no te hace demasiado caso. Cuidado si eres vegetariano con la cena del viernes y con el menú de los bares de la piscina, creo que no serán demasiado adecuados. El viernes por la noche me tomé un plato de pasta (muy caro, esa comida nos salió muy cara). Pedimos que nos trajesen el desayuno a la cama ya que nos marchábamos temprano... ¡Llegó demasiado tarde y no pudimos tomárnoslo!
El gimnasio está bien equipado, mucho mejor que el de la mayoría de hoteles (supongo que se debe a que es propiedad de otra persona). La zona de piscina está bien, hay una piscina infantil que está parcialmente cubierta. Danyland consta de una habitación con juegos de ordenador y una mesa grande para pintar y demás. La zona de juego exterior, ajardinada, ¡tiene un tobogán y un columpio/hamaca de esos que se ven en los jardines particulares!
Para llegar al puerto deportivo, donde hay un centro comercial y muchos restaurantes (está a unos diez minutos a pie) tienes que caminar por un camino arenoso y después pasar por otra zona arenosa y de escombros... ¡Ideal para ir con dos niños y un cochecito doble! ¡No te lleves los zapatos buenos!
El conserje organizó viajes en taxi y preparó nuestro check in aéreo por internet. Están muy ocupados pero la verdad es que son muy atentos.
No es un hotel de cinco estrellas si se compara con establecimientos de este tipo en el Reino Unido y demás países del mundo.