El hotel está muy bonito. El personal es amable. El cuarto era cómodo, muy frío pero tienen calentador y puedes pedir cobijas adicionales. En la parte de atrás ¡tienen llamas y alpacas! Puedes salir y estar con ellas, si se dejan tocar, lo puedes hacer. Está frente al Titicaca y el amanecer se ve muy lindo desde ahí. No hay nada alrededor pero no lo necesitas porque el restaurante del hotel está muy bien, la comida rica y limpio. Es una buena opción para descansar y no necesitas salir de ahí ya que, en mi opinión, el centro de Puno no está bonito así que puedes no ir y no pasa nada.