En un principio elegimos la posada por la ubicación y el estacionamiento sin costo, ya que alquilamos auto en Buzios. Fuimos en pareja, un matrimonio sin chicos. Desde el momento en que ingresamos, la amabilidad de Jesica que nos mostró las instalaciones nos hicieron sentir la calidez del lugar. La posada es preciosa, las fotos no le hacen justicia. Es amplia, la cama que nos tocó era queen size, las habitaciones son modernas y tienen caja fuerte. El lugar tiene vegetación, hamacas, las piscinas climatizadas son preciosas, todo está impecablemente limpio. Lo mejor de todo: el desayuno, totalmente artesanal, super abundante, con mucha variedad (fiambres, panes caseros, cereales, huevos revueltos, frutas, pao de queijo recien horneado, y tortas/bolos increíblemente ricos). De hecho Jose, una de las cocineras me pasó la receta de la torta de zanahoria y chocolate que era exquisita. Los empleados súper amables, Rony (uno de los recepcionistas) nos consiguió la excursión a Arraial do Cabo a buen precio, averiguó para que podamos hacer la excursión yendo por nuestra cuenta a Arraial y solamente tomando un barquito hasta las playas (R$80 cada uno, sin almuerzo, sólo bebidas incluidas, pero el barco tenía para comprar almuerzo o estaba otra opción más costosa con almuerzo incluido).
Mario, el encargado de la piscina nos explicó cuales eran las mejores playas para visitar, charlamos con él durante toda nuestra estadía y siempre fue muy hospitalario. Monique, una de las camareras, fue amable en todo momento y también nos recomendó lugares para visitar.
La posada en general superó nuestras expectativas, la relación precio-calidad es ideal, nos dejaron de sorpresa una bolsita de tela a cada uno llena de chocolates nestlé muy ricos por las pascuas. La ubicación es excelente, la zona es segura, está a una cuadra y media del centro de Buzios y se puede ir caminando a varias playas. Lo único que mejoraría es que por momentos el wifi se ponía algo lento y costaba conectarse. El resto, todo excelente!!!