Es un muy buen hotel, está ubicado en un barrio no muy lindo, próximo a los Arcos da Lapa de fácil acceso, aún así no tuvimos ningún problema.
Es un hotel que mantiene lo antiguo pero con una estructura (edificio) moderno resultando muy pintoresco y agradable para estar. Las habitaciones son amplias, cómodas y la limpieza estaba bien. Desafortunadamente no tiene vistas panorámicas de la ciudad. El desayuno era muy bueno y variado, las tapiocas que probamos no eran ricas, el restaurante está ambientado con imágenes de músicos brasileros y tiene vista a la piscina y jardines. Para hacer algún paseo o visita, ejemplo ir al morro Pao de acucar recomendamos ir en Uber, con lo que resulta más barato.