Hotel muy cómodo y agradable, excelente ubicación a algunos metros de la calle principal. Personal muy amable y atento. Desayuno muy bueno, debido al COVID lo llevan a la habitación. Las habitaciones son muy confortables, frescas durante el día y temperadas en la noche, muy amplias con mucho espacio. Tiene dos piscinas (no temperadas). Hotel muy recomendable al que sin duda volvería.
Lo negativo: son dos cosas:
-el desayuno (lo llevan a la habitación por el COVID) se reparte según horarios: 7:00, 7:30, 8:00, etc hasta las 10:00. Uno puede elegir a qué hora lo quiere, pero no nos dijeron que para cada horario hay cupos. Por lo tanto hubieron días en que no pudimos desayunar a la hora que hubieramos querido porque ya no había cupos (lo cual desconocíamos).
-creo que debe normarse bien y dejar claro el horario de uso de los lugares comunes. Estuvimos 7 noches, y en dos de ellas a las 0:30 tuvimos que pedirle a gente que estaba en la piscina a los gritos si por favor podían bajar el volumen. Entiendo que la gente va a descansar, pero creo que debe quedar claro ese punto para los pasajeros, sobre todo teniendo en cuenta que muchos paseos empiezan temprano en la mañana

Hermoso hotel, sencillo y genial que tengan piscina, ya que no íbamos con mucha intención de hacer tour, sólo con ganas de descansar y conocer el poblado y así fue. Muy amable el personal del restaurante en todas nuestras solicitudes. Solo hicimos un tour y el hotel desde temprano nos tenían preparado una merienda para llevar.
No hay TV en las habitaciones, pero entiendo que es para que nos podamos desconectar.
Un detalle importante, no hay caja fuerte.
Volvería sin lugar a dudas, me gustó el hotel, y la gran variedad de restaurantes en San Pedro, y porsupuesto los paisajes tan bellos.

El poblado de Kimal es un lugar mágico, con cabañas muy acogedora en medio de los chañares.
El desayuno, almuerzo y la atención en general muy buena.
Tiene estacionamiento cerrado y piscinas
Especial para tiempo de pandemia al tener cabñana independientes