Fuimos 2 parejas a disfrutar una vez más de San Pedro. Lamentablemente, no había disponibilidad en otro hotel. Como no era barato, asumimos que el nivel era el adecuado, pero nos aseguramos con habitaciones superiores (supuestamente, las mejores). Desde la llegada, ya se notó que había un problema de personal. El mismo recepcionista fue quien nos mostró las habitaciones. El estado de éstas era deplorable, en cuanto a decoración, distribución, estado en general. Nuestra habitación matrimonial superior, terminó en una triple porque no tenían otra disponible. El sistema de calefacción era espantoso. Terminamos con 2 estufas eléctricas, las cuales obviamente no entregan un calor agradable. Para conseguir un par de lámparas de velador, me demoré 2 días, las cuales resultaron un chiste. El estado de las instalaciones del hotel (piscina, jardín, terraza, sala de estar) era deprimente. Todo muy sucio y se notaba una despreocupación y abandono generalizado. Respecto al desayuno, fue un triunfo poder conseguir un café expreso y los jugos no eran naturales, obviamente.
Lo único rescatable, era la ubicación y la actitud del escaso personal, tratando de hacer malabares por atender a los pasajeros, lo más dignamente posible, con toda clase de explicaciones.