Nos alojamos dos noches en el hotel Radisson, y tras subir al restaurante,que por cierto, gira 360 grados, y está en la planta 45. Reservamos y a las 21:00 subimos a cenar. Lo único bonito son sus vistas, comedor frío en todos los sentidos, el servicio regular y poco profesional al final de la cena,donde prácticamente nos invitaron a que nos fuéramos. La comida no me quiero ni acordar, mal elaborada y pésimamente calidad,130€ con botella de vino blanco, nos cobraron por la peor cena de mi vida. Por cierto el vino blanco no se sirve CALIENTE !! . Si queréis cenar MAL y pagar mucho, os recomiendo el EPICURE ON 45.