Pedimos una pizza de 8 porciones (mitad pollo y mitad caprese) y dos vasos de limonada. La pizza parecía una prepizza recalentada de supermercado con pedazos cartilaginosos y grasosos de pollo. Total:$1730. En la cuenta nos habían agregado $260 de "servicio de mesa" (una panera y una cremita q nos trajeron d entrada, sin haberla solicitado). Lo único que rescato fue la atención de la moza súper amable. No volvería.

El local no destaca por su ambientación, está ubicado en una esquina muy céntrica, frente a la Municipalidad y al monumento a San Martín.
Colocan mesas en la vereda con un espacio limitado en número, el personal es amable y atento, pero un tanto disperso; pedimos una pizza y tardaron más de media hora para traerla, sin que haya muchos clientes.
Le faltan algunos detalles en la atención, pedimos 4 pintas de cervezas y no trajeron ni un platito de maníes, lo tuvimos que pedir y nos sirvieron unas granos de choclos salados.
La pizza estuvo buena, sin destacar en nada.
Creo que podría mejorar en todos los aspectos.

Por favor, a la persona que llena el freezer con botellas deberian proveerle botellas de goma o darnos tapones para los oidos a los clientes. El ruido es insoportable. Además la música muy alta. La comida buena.

fui a cenar a es te lugar un lugar mas cervecero que otra cosa tiene algunos platos elaborados la atencion bien normal

Llegamos a comer el Domingo a las 14 hs con mesas desocupándose. Al momento de ordenar, el local estaba a la mitad de su capacidad. 1:25 para que llegue la comida. Después de una hora el mozo nos dice que no tenían la guarnición que figura en el menú y propone cambiarla. Al llegar los platos tenían guarniciones diferentes a las del menú, una trucha incomible por estar llena de espinas y carne recalentada. El mozo y el chef prepotentes alegando de que la comida estaba como corresponde.
Malísimo el servicio completo.