Fuimos con mi esposa con la intención de almorzar, sabiendo que deberíamos haber reservado el día anterior. Desgraciadamente por una falla de la empresa de turismo no pudimos reservar y no hubo posibilidad de concretar el almuerzo. No obstante ello hicimos una visita y degustación premium, donde pudimos ver los procesos para hacer los diferentes vinos, con una explicación muy clara por parte de la guía. Probamos 5 vinos, todos muy ricos, en especial el Torrontés. Sugerencia: tienen lugar y unas mesitas afuera que podrían aprovechar para brindar algún tipo de servicio de comidas simples, por ejemplo picadas, para acompañar una copa del vino que a uno más le gustó en la cata.