Imposible irse sin escribir unas líneas para agradecer la acogida que se preocupan de dar a cada huésped.
Venir a Futaleufú a gozar de la naturaleza, y tener la oportunidad de combinar con una estadía de lujo en un hotel verdaderamente “atendido por sus propios dueños”, es algo que no se cuenta todos los días. Desde las habitaciones que invitan a seguir durmiendo si no fuera porque la naturaleza salvaje nos obliga a salir, pasando por el exquisito pan y los huevos revueltos preparados a la orden cada mañana por su propio dueño, Juan Pablo, el “Crudo Barranco”, el mejor de Chile por lejos, la conversación cotidiana con estos amables y muy acogedores anfitriones, hasta los datos perfectos para coordinar cada aventura e, incluso en nuestro caso, las referencias precisas para resolver un problema mecánico de último minuto, hacen de El Barranco EL lugar para aterrizar en Futaleufú.
De verdad, muchas gracias por hacer de nuestra visita a Futaleufú tan agradable y entretenida como lo fue. Esperamos regresar en un futuro próximo, sin ninguna duda de donde Nos instalaremos nuevamente.