Cumple a la perfección la premisa que venden en la web: "te invitamos a relajarte, descansar y disfrutar de la naturaleza". A esta tríada le sumaría una muy buena gastronomía -en desarrollo-, un hermoso estilo boutique y una gran atención.
El hotel posee una excelente ubicación para personas que buscan preferentemente paz y tranquilidad; muy cerca de Lago Puelo, a 10 minutos de El Bolsón y 5 minutos de El Hoyo. El acceso es todo asfaltado con un pequeño ingreso de ripio muy bien mantenido, ideal para llegar con cualquier vehículo.
El desayuno es increíble, rico y abundante. Todo lo que sirven es de la propia chacra, o bien de la zona.
La piscina climatizada es un punto muy fuerte que muy pocos lugares ofrecen. Inmensa y con una decoración en los alrededores a destacar, tanto en diseño como en lo natural.
Las habitaciones singulares, luminosas y confortables. Nosotros paramos en "Lavanda" que posee un jacuzzi en la terraza, la recomiendo.
Cenamos muy sabroso la noche de San Valentín y otra noche más. La carta es escasa pero todo lo que probamos 10 puntos (tengo entendido que a futuro harán extensión de este punto, el hotel abrió hace muy poco).
Podría seguir destacando cosas del lugar: la ropa blanca de gran calidad y siempre con buen aroma, música funcional agradable y acorde al lugar, estacionamiento con sombra para el vehículo, increíble mobiliario tanto en el hotel como en las habitaciones, y sobre todo una gran atención de Antonella y su marido, así como todas las chicas que allí trabajan. Recomiendo que hagan el recorrido de agroturismo con Antonella por toda la chacra.
Considero que el único punto a mejorar es la variedad de vinos tintos que ofrecen, sería bueno que sumen 3 o 4 bodegas más.
Sin dudas que volveremos!