Idilico y tranquilo lugar en contacto con la maturaleza para descansar antes de Machu Picchu. Pasamos aqui dos noches y nos hicieron sentir como en casa. Especialmente atento Quique que nos ayudo en todo, taxis a termas e hidroelectrica, tirolinas y siempre pendiente de todo.
- Estacionamiento gratis
- Restaurante
- Bar/Salón