Mi esposo y yo pagamos unos 318 euros por noche y, claro está, por ese precio esperábamos alojarnos en habitaciones más agradables. Excepto por la bañera en forma de corazón, nos dieron algo parecido a una habitación de motel que olía a moho y humedad. La cena estaba bien, aunque no disponían de vasos suficientes para servir la bebida a todos. Conocimos a unas cuantas parejas y todos estaban decepcionados, incluso una chica dijo que lloró al ver la habitación. Este lugar necesita una renovación profunda. Lo positivo del hotel es que ofrece entretenimiento e instalaciones recreativas.