La segunda ocasión que vamos a este restaurante y nos tuvimos que marchar pues la dejadez y lentitud de los camareros es exasperante, la primera vez que estuvimos lo aguantamos porque el sitio y la carta nos parecieron interesantes, la comida no estaba mal ,bastante original pero incluso alguna tapa nos llegó fria.Hay que estar encima de los camareros pues si es por ellos prácticamente no existes, no se el motivo pero tardan para atenderte , para limpiarte una mesa , para pedir y para que te sirvan ,hay que tener mucha paciencia para que te llegue el momento y sobre los tres cuartos de hora es posible que te llegue la bebida y la primera tapa, hasta para que te cobren tienes que esperar un buen rato para la cuenta y las vueltas.La segúnda ocasion después de que dos camareros les pudiésemos que nos limpiaran una mesa después de 20 minutos llamando para que nos tomasen nota decidimos irnos pues no compensa el resultado final.