Bueno describir este hotel cuesta ya que si bien es majestuoso, inmenso, grandioso un poco cafichón, con restaurantes, cafés, bares, tiendas y minimarketal al interior, con oficinas de atención al huesped, piscinas monumentales, todo pensado para un universo diverso de turistas, en lo personal lo encontré poco cordial. Ante tanta masividad creo que no habia mucha preocupación por el huesped, especialmente por nosotros que ibamos de luna de miel, encontramos una pieza pequeña con una vista muy desmejorada ya que daba hacia el techo de otro edificio con equipo de aire y extractores, es decir nuestra terraza y vista hacia el complejo estaba bien desmejorada. Los alrrededores son magníficos, hermosa playa, bellas piscinas temáticas, un complejo inmenso y lleno de actividades, hasta pinguinera tenía. Como recien casados sólo nos dieron unos tickets de tragos para ser consumidos junto a la cena y con pocas opciones, creo que es algo que se debería mejorar. Pero como no estábamos ahi sólo por el hotel arrendamos auto y recorrimos la isla que es lo mas hermoso del mundo, Road to Hana!! Si bien el hotel es caro nosotros optamos por reservar sin desayuno, ya que costaba como US$30 por persona y encontramos que era mucho, claro que todo es mas caro allá, asi que aprovechamos el minimarket para comprar sandwich, frutas y jugos, asi desayunabamos bien y comprábamos los snack para nuestros viajes. En la noche cenábamos en uno de los restaurantes mas abiertos ya que los otros requerían reserva previa y como llegabamos tarde no alcanzabamos a hacerla. Recomendable ver el show Pacific Luau, que se reserva y paga adicional pero es la oportunidad de degustar comida hawaiana y de ver bailes bastante impresionantes con maestro de ceremonia. En resumen una estadía paradisiaca digna de luna de miel.