El hotel está en un edificio muy bonito y así mismo es muy bonito el interior de la planta principal, con sus dos bares. Y ahí se acaba todo.
Las habitaciones tremendamente anticuadas, necesitan una reforma integral.
El dormitorio pequeño, el armario diminuto y apenas se pueden poner las maletas. El baño ridículo, no existe plato de ducha y tienen unas cortinas en la bañera que dan grima. El w.c. es como para niños.
Además, nuestra habitación era comunicada, a pesar de no haber reservado habitaciones contiguas. La insonorización es pésima, se oye absolutamente todo lo que sucede en la habitación de al lado. Eso unido a los huéspedes incívicos que se pasan la noche dando golpes o gritando por los pasillos ha hecho que nuestra estancia en este hotel haya sido para olvidar. La calidad del sueño, por supuesto, pésima.
Y el precio, altísimo para lo que se ofrece. Además en el hotel siempre había algún tipo de evento o reunión, por lo que transitar por él era un poco difícil.
Y ya para concluir, me hicieron tres cargos en la tarjeta de crédito. Mucho ojo con reservar con booking.
No lo recomiendo en absoluto.Más