El hotel destaca, principalmente, por su ubicación. Para los que buscamos huir del bullicio sin sacrificar demasiado la distancia del centro es una buena opción.
Se encuentra a escasos minutos andando de varias estaciones de metro (Wall Street e incluso Fulton, que alberga diferentes líneas), así como de diferentes puntos de interés (Battery Park, Century 21, Museo de los Indios Americanos, etc.).
Por lo que respecta a las habitaciones, éstas son muy pequeñas (nos quedamos sorprendidos, ya que en América todo es a lo grande). Aún así, contaban con todo lo necesario para una estancia confortable.
El desayuno es bastante variado si tenemos en cuenta las dimensiones del comedor. Este último punto hace que tengas que madrugar si quieres encontrar un sitio para sentarte. Al menos, en las fechas en las que nosotros viajábamos, a partir de las 8 de la mañana difícilmente podías conseguir un sitio en el que sentarte.
El personal de recepción, fue correcto pero, en nuestro caso, hubo algún que otro malentendido en alguna que otra ocasión (en lo que respecta a los pagos, a la hora de solicitar algún servicio de la habitación, etc.). Y es que el personal de la mañana nos decía una cosa y el de la noche otra. Deberían mejorar la coordinación / comunicación.
Por lo demás, es un hotel con poco ruido, en el que el descanso (que era lo que buscábamos nosotros) sí es posible.