Fui con una amiga éste local. Hacía tiempo le habíamos echado el ojo, hasta que pudimos probarlo.
Probamos el menú grande de degustación .
Empezamos con unas vieiras, del tirón. Ricas, ricas.
Nos trajeron unos mejillones con salsa de chili ️ muy ricos.
Pasamos a yuca frita (le pedimos porqué nos encanta).
Después a un cremoso de pulpo servido en media lima, la cual recomiendo morder a la vez que te comes el pulpo. La mezcla de sabores es muy rica e inteligente.
Pasamos al ceviche de corvina, estilo peruano. Rico también. El siguiente, fue el tiradito de lubina, Ñam Ñam! Me lo gocé, aunque mi compañera no es muy fanática de lo picante, a mi me chifla. Otro puntazo.
Después nos trajeron el pulpo braseado sobre un puré de un tubérculo que no recuerdo ahora el nombre, pero el sabor era muy particular y sabroso.
Pasamos a unas gambitas, llenas de sabor, crujientitas, son de las que te comes de un bocado, con cáscara y todo.
Después vino el tártaro de vaca vieja, ay Dios... Que cosa más rica.
Pero sin duda, la guinda del pastel fue el estofado de carrillera de vaca. Jugoso, lleno de sabor. Creo que no me había comido un estofado así de rico en mucho tiempo.
La cena fue acompañada por una copita de sangría, seguida por una botella de vino blanco, monovarietal de uva Godello.
La selección de vinos es pequeña, práctica y fresca.
Creo que es un sitio donde puedes comer a cualquier hora, tienen mucha variedad y son flexibles al gusto del cliente.
A parte de todos los platos descritos, los chicos y las chicas del servicio son encantadores.
Pasamos una tarde muy bonita.
Volveremos ☺️