-Servicio: Siento que faltaba un poco más de personal, tal vez lo redujeron por pandemia. Si estabas tomando sol en las poltronas de la playa, tenías que acercarte hasta el bar o recepción para pedir alguna bebida o comida. Pero en general bastante amables y serviciales todos.
-Habitación: Lo mejor fue que está a dos pasos del mar. Tiene su propia terraza con un par de sillones y una hamaca. Nos quedamos en una habitación cuádruple, bastante cómoda. Pero falta una mejor separación con el baño, se podía escuchar todo, faltaba un poquito de privacidad. No tenía friobar, se podía alquilar uno por S/30 o S/40 diarios. La televisión no era smart TV.
-Comida: Deliciosa! Lo mejor fue el ceviche de ají amarillo. Lo pedimos como 3 días seguidos. Las yuquitas fritas buenazas. Los tragos también estuvieron bastante buenos, pero siguen utilizando cañitas de plástico. Además, el restaurante cierra bastante temprano. Llevamos nuestro propio vino y gin y no tuvieron problemas en brindarnos copas, hielo, limón, sacacorcho o lo que necesitáramos. El desayuno es básico pero muy rico. Las tostadas fueron lo mejor.
-Ubicación: La ubicación frente al mar es perfecta, la playa es bastante tranquila, liimpia y de agua tibia. Solo hay que tener un poco de cuidado con las rocas en ciertas partes. Si se quiere salir de noche hacia el pueblo de Máncora a cenar o algo, conseguir transporte de ahí está un poco complicado y caminar...-Servicio: Siento que faltaba un poco más de personal, tal vez lo redujeron por pandemia. Si estabas tomando sol en las poltronas de la playa, tenías que acercarte hasta el bar o recepción para pedir alguna bebida o comida. Pero en general bastante amables y serviciales todos.
-Habitación: Lo mejor fue que está a dos pasos del mar. Tiene su propia terraza con un par de sillones y una hamaca. Nos quedamos en una habitación cuádruple, bastante cómoda. Pero falta una mejor separación con el baño, se podía escuchar todo, faltaba un poquito de privacidad. No tenía friobar, se podía alquilar uno por S/30 o S/40 diarios. La televisión no era smart TV.
-Comida: Deliciosa! Lo mejor fue el ceviche de ají amarillo. Lo pedimos como 3 días seguidos. Las yuquitas fritas buenazas. Los tragos también estuvieron bastante buenos, pero siguen utilizando cañitas de plástico. Además, el restaurante cierra bastante temprano. Llevamos nuestro propio vino y gin y no tuvieron problemas en brindarnos copas, hielo, limón, sacacorcho o lo que necesitáramos. El desayuno es básico pero muy rico. Las tostadas fueron lo mejor.
-Ubicación: La ubicación frente al mar es perfecta, la playa es bastante tranquila, liimpia y de agua tibia. Solo hay que tener un poco de cuidado con las rocas en ciertas partes. Si se quiere salir de noche hacia el pueblo de Máncora a cenar o algo, conseguir transporte de ahí está un poco complicado y caminar no es opción porque ese trayecto es trocha y con casi nada de iluminación.
-Ambiente: Es bastante tranquilo y callado. Si lo que quieres es juerga, este no es el lugar. Este hotel es perfecto para tener paz y desconectar de todo.
Volvería de todas maneras.Más
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