Un hotel con pocas habitaciones, orientado a parejas adultas que buscan la intimidad, el encuentro o el reencuentro. Lo único mal es que estuvimos poco tiempo. La atención es perfecta cuando llegan en el momento justo, con un apetizar enviado de la cocina, o te ayudan a apreciar mejor la vista limpiando delicadamente tus lentes. El desayuno en la playa es fantástico.
Para rematar, Cuando fui a pedir que me ayudaran con la impresión del boarding pass, ya los tenían listo y me lo entregaron en un sobre en la mano... que anticipación!! Mi asombro sacó de la encargada una sonrisa y me dijo algo simple y que resume todo lo que es el hotel: "no se preocupe de estas cosas, acá lo único que importa es su placer". Se lo recomiendo a todas las parejas,Más
- Estacionamiento gratis
- Frente al mar