Hotelier es una muy buena opción para unas vacaciones en Máncora. Cálido hospedaje con detalles artísticos, buena gastronomía y paz junto al mar. Esmerada atención de su propietario, Javier Ruzo Ocampo, y del amable personal del hotel. Exquisitos platos del menú del restaurante Donde Teresa. Recomendados altamente el saltado de atún y los chilcanos de pisco. Regreso obligado ! Gracias Javier !
Hemos estado mi pareja y yo 4 noches en este hotel. Buscábamos un alojamiento intimo y personal, en una zona tranquila pero cerca de Mancora para poder acercarte en cualquier momento, y todo ellos se cumplió. El hotel es pequeño, cuenta con unas 8 habitaciones, lo que da ese detalle personal que queríamos. Las habitaciones son sencillas, pero todas ellas con vistas al mar. Y ademas cuenta con un buen restaurante, para poder degustar platos típicos de Perú. A mi personalmente me encanto el ceviche mixto!!
El hotel está enfrente de la playa Las Pocitas, una playa que con marea baja es perfecta para pasear. Además se forman pequeñas pozas donde puedes refrescarte como si estuvieras en una pequeña piscina jajaja
Del hotel a Mancora pueblo puedes ir andando por la playa que son como 15-20 minutos (el paseo no es muy bonito, ya que vas andando por una playa un poco sucia...) y la otra opción es ir en moto-taxi, que te cobran 3 soles y en 5 minutos estás en el pueblo
La atención por parte del personal del hotel muy buena y super atentos!
Muchas gracias por todo!
Considerando que queríamos un lugar para descansar y comer bien , cumplió todas nuestras expectativas . Desde las personas de la cocina recepción aseo garzones y el dueño, quien nos regaló mucho de su tiempo enseñándonos a cocinar algunos platos. El ambiente perfecto para descansar en familia . A pesar que tiene un restaurant abierto al público cuidan mucho la tranquilidad de los huéspedes . Y las palabras se hacen poco para describir los increibles platos que preparan las cocineras bajo las recetas del dueño. Al ser un hotel pequeño se permite un muy buen trato entre trabajadores y huéspedes haciéndote sentir no como un cliente si no como una visita en su hogar.
Lo recomendamos al 100% y estuvimos 12 días, eran 9 inicialmente pero decidimos alargar la estadía por lo que nuestra opinión no es una simple impresión .
Felicitamos a todo el equipo de hotelier que como su nombre lo dice es una verdadera experiencia de sabores sensaciones y emociones .
Gracias
Pdta: probar Chilcano de maracuyá (Chilcano César jaja), atún saltado,cebiche (el mejor que probamos en Máncora), locro de langostino, atún con prosciutto y toda la carta en verdad kajajajajajajajajajajajajj.
Nuestro tercer dia, mi esposa comio el atun crudo durante el almuerzo y a las pocas horas estaba con nauseas fuertes y en seguida empezo a vomitar, lo cual duro varias horas. Ese dia solo comimos en el restaurante del hotel, asi que sabemos que se enfermo por eso. Nunca antes en su vida habia tenido una intoxicacion y esta le arruino por completo el final del viaje. Lo que peor me parecio no fue que la comida del hotel le haya enfermado, sino como Paola, la mujer del dueno, manejo toda la situacion.
La noche que mi esposa estaba enferma, Paola se acerco a la habitacion, en teoria para ver como se sentia, pero en realidad para evadir responsabilidad en el asunto. No paraba de decir que seguro se sentia mal por culpa de las conchas negras, que pueden ser pesadas para la digestion, a pesar de que mi esposa le dijo que solo comio una. Aunque era obvio que mi esposa se sentia muy mal y no podia hablar mucho, Paola no paraba de decir que tenia que haber sido la concha negra, lo cual me parece altamente insensible y egoista por su parte.
Al dia siguiente, mi esposa se sentia mejor y salimos de la habitacion. Nos encontramos con dos otras huespedes, las cuales estaban tomando la misma bebida de electrolitos que mi esposa. Les preguntamos si tambien se habian enfermado y dijeron que si. Les preguntamos que habian comido y la unica comida que tenian en comun con mi esposa era el atun crudo. En ese momento nos dimos cuenta de que cuando Paola vino a nuestra habitacion la noche anterior, ya sabia que las otras dos huespedes tambien se habian enfermado y aun asi intento hacernos pensar que la concha negra le habia sentado pesada. Obviamente estaba intentando controlar la situacion a su favor.
Al poco rato, justo antes de salir para irnos al aeropuerto, mi esposa fue a Paola para decirle que creia que debian dejar de servir el atun crudo, por lo menos durante un tiempo, porque ella y las otras dos huespedes se habian enfermado por haberlo comido. Mi esposa no queria ningun tipo de recompensa, solo queria prevenir que mas gente se enfermase. Paola dijo que no era posible que se hubiesen enfermado por comer en el restaurante. Incluso dijo que cuando los huespedes se enferman siempre dicen que solo comieron en el hotel pero no es verdad. Me parece increible que dijese eso. Significa que seguro ha habido mas casos de intoxicacion en el hotel y que ella los ha ignorado, lo cual demuestra su total falta de integridad moral. A Paola le trae sin cuidado si sus huespedes, que son los que mantienen su negocio vivo, se enferman por comer en su hotel. Niega cualquier tipo de responsabilidad en el asunto y no hace ningun solo cambio en el restaurante para prevenir futuras intoxicaciones.
Por esta razon, no creo que Hotelier se merezca a ningun cliente.
Por primera vez vine el año 2010, la pase muy bien, la comida rica y las instalaciones buenas. Me gustaba el bar cerca de la playa. Lo único malo que recordaba era el estacionamiento de arena con huecos pero pensé que 8 años luego lo habían mejorado.
Por esa buena experiencia decidí regresar este año pero la verdad muchas cosas cambiaron: para reservar he tenido que insistir, llamar 5 veces y mandar igual numero de correos. En Mancora hay una gran cantidad de hoteles, muy buenos al costado mismo el Grand Mare mucho mejor pero insistí por la primera buena experiencia. Solo ahí ya empezaba mal.
Cuando llegue el estacionamiento es muy incómodo seguía siendo el mismo.
Se notaba que las instalaciones no las había mejorado
La comida que era una característica de ellos, se perdió. No tiene punto de comparación Con lo que era antes. Pregunté que había y le dijeron toda la carta pero al pedir Humita me dicen que Justo eso no hay. Luego pido causa y me dicen que eso tampoco. Los platos no fueron ricos faltaba es sabor rico de antes, era un almuerzo como en cualquier otro lugar no en uno que se jactaba de tener eso como característica. Los tragos tenían la mezcla que corresponde pero no en la dosis correcta, ejemplo el Mojito lleno de azúcar en la pare baja del vaso. Desayuno dicen Buffet pero en realidad es americano pero con autoservicio. Los 2 días lo mismo y yo mismo tenía que decir no hay tostadas, no hay jugo, se acabo la mantequilla....estando ellos ahí pudiendo verlo....
El hotel nació con bonito concepto y creo que lamentablemente lo perdió. Me dicen que recién lo van a refaccionar y hacer más grande. Ojalá no pierda con el tamaño el espíritu con el que fue concebido y recupere esa magia de antes. Por ahora si me preguntan si volvería? Diría que No, sobre todo porque Mancora ha crecido tanto en su oferta hotelera y de restaurantes que encuentran lugares mucho mejores de lejos.
Lo bueno es que al momento del check out no se hicieron muchos problemas con la hora aunque fue medio incómodo que mientras subía a dejar las maletas al carro me griten desde abajo “amigo para que baje a pagar” obvio no me iba a ir a escondidas pero bueno en parte los entiendo. Igual personal fue amable y creo que les falta gente, no es responsabilidad de ellos, que tratan de ser amables a toda hora.
