El lugar es acogedor, tiene acceso directo a una playa que es muy limpia y casi privada. Las habitaciones son cómodas y todas tienen vista al mar, cuentan con agua caliente y aire acondicionado. Se destaca la decoración ya que el dueño es artista.
Un especial reconocimiento a César, quien estuvo muy atento a nuestra atención y fue realmente amable.
El desayuno lo sirven desde las 8:30am, entiendo que la idea es ir a descansar y relajarse pero es demasiado tarde que recién desde esa hora empiecen a atender; deberían también considerar el tema de la recepción y el ingreso, se siente muy impersonal que habran la puerta a mucha distancia cuando recién se llega.